El Crítico - Roberto Sánchez Ruiz

Buenos dias,

seguimos con los libros candidatos al #premioamazon2019 y hoy os traigo uno que juega con la memoria...

El Crítico - Roberto Sánchez Ruiz

Sinopsis

Juan Antonio Ruan, un crítico de cine tan prestigioso como temido por su difícil carácter, tosco y huraño, se encuentra en Los Ángeles invitado al estreno de la última película de Germán Almendros, el director español de moda. Allí recibe la noticia de que su ex mujer, Victoria Sampietro, heredera de una de las mayores fortunas del país, ha muerto.


En sus últimas voluntades, Victoria ha dejado expresado el deseo de que sea él quien esparza sus cenizas a orillas de la casa de la playa donde desapareció, hace dieciocho años, la hija que tuvieron en común.

Ruan, en tratamiento con antipsicóticos, a partir de ese momento empieza a tener motivos para dudar de si todo su pasado es como él creía recordar.

Opinión

 Juan Antonio Ruan, en plena promoción de una nueva película, recibe la noticia del fallecimiento de su ex mujer Victoria, y de paso se entera de que está incluido en las últimas voluntades de la misma.

 Se reencuentra así con la familia de ella, gente de dinero, poderosa, acostumbrada a salirse con su santa voluntad y a que todo el mundo les baile el agua y descubre que su ex mujer tiene un sentido del humor un tanto retorcido ya que quiere que esparza sus cenizas en la casa en la que casi dos décadas antes desapareció su hija Elena.

 Sin embargo, esto que en un principio solo parece algo extravagante, se convierte en algo más tortuoso porque sale a la luz de nuevo todo lo relacionado con el día en que su hija desapareció. Y aquí te das cuenta de que Juan Antonio Ruan dista mucho de quien parece ser.

 Porque Juan Antonio Ruan está en tratamiento; tiene problemas de memoria y esta, a veces, le juega malas pasadas, deja huecos o los rellena como le va viniendo en gana con el consiguiente lío para el protagonista. Conforme escarba en el pasado se da cuenta de que no sabe qué es verdad y qué es un mero parche que su cerebro se ha sacado de la manga. Y tú vas quedándote igual de perplejo.

 De esta manera te encuentras con un libro que al principio plantea unos hechos más o menos normales, teniendo en cuenta la calaña de la familia de Victoria y la excentricidad de esta al morir, pero conforme avanza vas viendo que no sabes por donde van a ir los tiros de la historia.

 Al protagonista y al lector le esperan unas cuantas sorpresas ya que hay hechos que ambos van descubriendo a la vez, por supuesto con diferente impacto, pero que enganchan a la lectura y hacen que quieras seguir con el libro entre las manos.

 El escritor nos plantea hechos presentes y pasados, estos en forma de testimonios o entrevistas que tuvieron lugar cuando el drama llegó a la vida del matrimonio formado por Juan Antonio y Victoria y ahí ya veremos que hay cosas que chirrian, tanto al protagonista como al lector ya que ambos viven en las lagunas de los recuerdos y van enterándose de todo a la vez.

 Los capítulos son cortos y oscilan entre ambos tiempos, dando retazos de la vida del matrimonio, unos retazos que se van cosiendo con el testimonio de terceras personas y van dando lugar a una realidad que resulta del todo desconocida para Juan Antonio e imprevista para el lector.

 La forma de contar la historia es ágil y, como he comentado, mantiene el interés y la intriga página tras página hasta el final que, para mi gusto, ha resultado un poco abrupto. Al principio puede parecer un poco lento en el planteamiento pero eso se solventa tras los primeros capítulos en los que se pone todo en marcha y comienza a girar la rueda de la memoria -o falta de la misma- del protagonista.

 ¿Recomendado? si, sin duda, si te gustan las novelas que no tengan una trama o un protagonista al uso, que jueguen con la mente de quien está leyendo y con la de quien cuenta la historia, que sorprendan y enganchen hasta el final.

 Mucha suerte Roberto. Compra el libro AQUI.

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 "El verdadero viaje del descubrimiento no consiste en buscar nuevas tierras, sino en ver con nuevos ojos." - Marcel Proust.