Cayendo como una Piedra - Francisco Javier Pérez Castillo

Buenos dias,

comenzamos la semana con un tema que, por desgracia, sigue de actualidad día tras día: el acoso escolar.

Cayendo como una Piedra - Francisco Javier Pérez Castillo

Sinopsis

Daniel tiene diez años y vive en Granada con sus padres, Emilio, hombre tacaño y ajeno a cuanto sucede en su familia, y Rafaela, madre cariñosa aunque últimamente demasiado preocupada por lograr la independencia económica que le permita salir de su insatisfactorio matrimonio. Quizá por estos motivos, Rafaela no ha sido capaz de interpretar el extraño comportamiento que su hijo está teniendo últimamente ni sospecha lo que le está sucediendo desde hace tiempo. Daniel no quiere ir a la escuela e inventa todo tipo de excusas para evitarlo. Sabe que allí será difícil escapar de Toro, compañero de clase de personalidad sádica, que siembra el terror en la escuela, y le propina toda clase de vejaciones ante la complicidad cobarde del resto de sus compañeros y la pasividad de los responsables del Centro educativo. Cada día es para Daniel una pesadilla de la que no sabe cómo escapar.

Opinión

 Daniel no puede más. El día a día que vive es cada vez peor. Los insultos, los golpes, las humillaciones, todo va a más sin que el se atreva a contar nada por miedo a que no lo crean, a que todo se quede igual o se vuelva peor todavía.

 Vive con un padre ausente y una madre que se desvive por él y que en cuanto se da cuenta de lo que sucede remueve cielo y tierra para ayudar a su hijo aunque solo se encuentra con puertas cerradas: por un lado, el director del centro, Carlos, un señor que es incapaz de distinguir entre tomarse un café y el acoso laboral así que eso nos da una idea de la catadura moral del tiparraco este que lo único que hace es pasar del tema porque son cosas de crios. Por otro, las autoridades competentes superiores a este, que al pasar el propio director del caso no pueden sino hacer lo mismo. Y la pobre Rafaela se tira de los pelos de desesperación al ver como no hay solución ninguna al sufrimiento de su hijo.

 Aparte de ellos, está Toro, el acosador rodeado de una hueste de palmeros y bufones que le rien las gracias alguno de ellos agradecido en el fondo de que la haya tomado con Daniel y no con el. Por eso es incapaz de ayudar ni de defenderlo ni de decir la verdad cuando se le pregunta. Sabe de la impunidad de la que goza Toro y si no es Daniel va a ser él mismo.

 Un relato desgarrador que toca uno de los males que asola nuestra sociedad y a nuestros niños. Cada día son más los casos de acoso escolar, más crueles, más tempranos, grabados y compartidos para mayor escarnio de la víctima.

 En esta sociedad de m13rd4 en la que cada vez vamos a peor, los padres y las madres se preocupan de que no acosen a sus hijos e hijas -normal- pero muy pocos se preocupan de que no sean acosadores. Y si lo son, algo habrá hecho el otr@ para merecérselo. Vamos, culpabilizar a la víctima, hacer que su carga sea aún más grande y no se atreva a contarlo porque de verdad termina por creerse que tiene la culpa y se lo merece.

 Culpar al acosado, una constante que se mantiene en el libro y que pone de manifiesto la doble injusticia a la que se somete a la víctima: por un lado los compañeros que le pegan e insultan. Por otro, el resto de la sociedad que le da la espalda porque como no es valiente, no les planta cara, no se impone o algo habrá hecho. Para terminar, esa misma sociedad que da la espalda a la víctima es la misma que protege al agresor cuando aquella osa revolverse y mostrar un mínimo de rebeldía.

 No tiene ningún tipo de desperdicio esta historia. Pone de relieve el defectuoso engranaje que hace que el bullying prolifere a sus anchas en las aulas: empezando por padres iguales de violentos y acosadores de los hijos, pasando por la desidia del funcionariado diverso que no quiere problemas y mucho menos vérselas con padres como los antes mencionados y terminando por otros profesionales que se encuentran atados de pies y manos a la hora de intentar hacer su trabajo del mejor modo posible.

 El estilo con el que se cuenta la historia es una narrativa sencilla, cercana, capaz de describir todo tipo de emociones y sensaciones: desde el frío que agarrota y retuerce las tripas del pobre Daniel a la desesperación de su madre dándose cabezazos contra un muro. Eso sin dejarse atrás la caradura del director ni la inquina desaforada de Toro.

 ¿Recomendado? Sin ninguna duda. Vas a pasar un rato desagradable porque todo por lo que pasa Daniel se te va a clavar en el alma. Te vas a sentir como su madre, viendo como le dan por todas partes e incapaz de hacer nada pero es una lectura muy necesaria.

 Este libro llegó a mi gracias a la iniciativa Ningún Autor sin Reseña y al escritor. Compra el libro AQUI.

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 "Al igual que el coraje pone en peligro la vida, el miedo la protege." - Leonardo da Vinci.