El Nombre de Dios - José Zoilo Hernández

Buenos dias,

en el libro de hoy nos enfrentamos a una época complicada en la península Ibérica, una época que cambió el rumbo de nuestra historia.

El Nombre de Dios - José Zoilo Hernández

Sinopsis

EL APASIONANTE CAMPO DE BATALLA QUE CAMBIÓ PARA SIEMPRE LA HISTORIA DE ESPAÑA.

Tras la trilogía de «Las cenizas de Hispania», José Zoilo despliega el apasionante escenario bélico de la batalla de Guadalete, uno de los episodios cruciales de la historia de España.

Cuenta la leyenda que el rey Salomón mandó construir un objeto en el que dejaría escrito todo el conocimiento del mundo: una mesa plagada de oro y joyas capaz de colmar con su poder la ambición de quien la poseyera.

Año 711 d. C.: las tropas musulmanas desembarcan por primera vez en el sur de la península Ibérica con un afán imparable de conquista que hasta el momento no ha conocido rival. Sorprendido mientras luchaba en el norte de su territorio, el rey visigodo Roderico debe partir para defender la provincia más meridional de un reino que se enfrenta ahora a demasiados enemigos.

A la vez que los ejércitos se preparan para la lucha y las viejas rencillas comienzan a aflorar entre los nobles godos, un religioso escoltado por una pequeña partida se dirige hacia el campo de batalla portando una reliquia que podría cambiar el curso de la contienda. Es el momento de comprobar si su poder sagrado será suficiente para hacerse con la victoria, o si, por el contrario, terminará convirtiéndose en la perdición del reino.

 

Datos Técnicos

Título: El nombre de Dios
Autor: José Zoilo Hernández
Editorial: Ediciones B
Fecha de publicación: Septiembre 2020
Género: Histórica
Páginas: 640
ISBN: 978-84-666-6845-3

El Escritor

José Zoilo Hernández (Tenerife, 1977) es un biólogo de profesión que trabaja en el ámbito de la agricultura y el desarrollo rural. Aunque su labor profesional ha discurrido por el campo de las ciencias, es un auténtico apasionado de la Historia desde muy temprana edad.

El alano fue su primera novela y con ella inició la épica trilogía, «Las cenizas de Hispania», una apasionante recreación de la Hispania tardorromana. Niebla y acero fue la esperada continuación. Con El Dux del fin del mundo, José Zoilo Hernández pone fin a esta espectacular recreación de un momento decisivo de la historia de la península Ibérica.

Opinión

 Hay un peligro acechando en la oscuridad. El rey Roderico, llamado a ser el último rey visigodo, acaba de subir al trono de manera violenta; no es el único que aspiraba a ese puesto ni todos los súbditos lo quieren ahí. Numerosos intereses de tipo político y religioso hacen que haya multitud de ojos puestos en Agila II que se tiene que conformar con reinar en una pequeña parte del reino.

 Los partidarios de Agila y del difunto Witiza no se van a quedar quietos. En secreto y contando con aliados más poderosos de lo que se intuye en un principio, pues altos cargos eclesiásticos están en el ajo, se han aliado con la jauría de hombres de piel y cabello oscuros y armaduras extrañas que hay al otro lado del mar.

 Y comienza la batalla, la batalla de Guadalete que marcará un antes y un después: las piezas están dispuestas sobre el tablero, los visigodos fieles a don Rodrigo con sus estandartes se alinean enfrente de los hombres del bereber Táriq ibn Ziyad pensando que hay esperanzas y posibilidades de ganar. Sin embargo, parece que Dios en esta ocasión está jugando a los dados y la traición en el campo de batalla pilla por sorpresa a los habitantes de la península que han de huir como pueden, diezmados y con los ánimos pisoteados a pesar de haber contado, supuestamente, con la gracia divina cabalgando a su lado.

 Este es el punto de partida de un libro que nos trae al presente un episodio de la historia de la Península Ibérica que algunos sufrimos como insufrible -valga la redundancia- durante nuestros años de estudio teniendo que memorizar como papagayos la terrible lista de los reyes godos, años en que ostentaron el poder y la forma en que cayeron y fueron sustituidos hasta la conquista árabe.

 Tras la derrota del Guadalete, los acontecimientos se suceden en cascada, hay que recomponerse en la medida de lo posible, cerrar filas en torno al señor, seguir sus instrucciones y correr la voz de lo que se le viene encima a los recién asentados visigodos. 

 Mientras los pobres godos vencidos huyen con lo puesto y como pueden, el bastión musulmán parece no tener contrincantes de su talla y, ayudado por traidores, saben por donde moverse, por donde ir, cuales son los caminos secretos para seguir avanzando y masacrando una población ya de por si diezmada por la peste, las luchas e intrigas internas y el hambre.

 

 De forma paralela o más bien como consecuencia, toca aferrarse a clavos ardiendo en esos momentos en que los infieles amenazan con arrasar con todo lo conocido. Una reliquia, una obra maestra de la orfebrería podría cambiar el devenir de los acontecimientos. Una vez más, la ambición y la traición no conocen límites cuando de sentarse en un trono se trata.

 Y hasta el otro lado del mar llega el conocimiento de la existencia de tal objeto sagrado, capaz de desatar poderes infinitos, por tanto, hay que intensificar tanto la conquista como la búsqueda sin reparar en los medios utilizados.

 Esta es la historia de la caída del imperio visigodo, de cómo se le abrió la puerta al enemigo debido a las intrigas, las envidias y las ánsias de poder, de como se negaron a retirarse y de como, una vez aquí, se propusieron llegar lo más lejos posible. Una historia dilatada en el tiempo puesto que sucede a lo largo de una década y nos va desgranando como fue lo que ocurrió:

 Por un lado, visigodos vencidos, huídos con lo puesto como perros apaleados y no bien recibidos allá donde iban tanto por la humillante derrota que representaban como por el desmembramiento interno debido a las rencillas que había dentro del reino. Por otro, los demonios que veían del otro lado del mar, cada vez con más personal, organizados, conocedores de fortalezas, debilidades y de los más oscuros secretos del contrincante, capace de hacerles frente y ganar casi sin pestañear. Por enmedio, nombraremos a los que engañaron a señores y hermanos por promesas de riqueza y reconocimiento y miraron hacia otro lado mientras los suyos caían.

 Como trasfondo, la famosa reliquia llamada a cambiar el rumbo de este desmembramiento, un objeto que pronto empieza a ansiar todo el mundo, un secreto a voces sobre el que correrán cabezas y rios de sangre, que llevará a misiones imposibles y viajes llenos de peligro con tal de saberlo a salvo del enemigo y al cargo de devolver el equilibro al reino que se viene abajo.

 A veces nos dejamos llevar por los libros de fantasía, sus batallas épicas y los juegos de guerra y tronos en los que todo vale por conseguir un poder absoluto. No hace falta irse tan lejos, si echamos la vista atrás vemos que todo eso ya ha sucedido y que José Zoilo lo ha narrado de manera magistral.

 Hay que tener un don para hacer magia con las sangrientas batallas, el deprimente éxodo, el peligro acechante, la certeza que precede a la derrota y presentarlo todo en un libro que parece sacado del género de fantasía épica. La manera de contarlo todo, de explicarlo, de plasmarlo en páginas que se leen solas hacen del libro una obra de arte. Los numerosos protagonistas aportan su punto de vista a esta historia compleja tanto por la cantidad de personajes que se dan cita en ella como por la convulsa época en la que está situada.

 Al principio los nombres nos llueven: Agila, Ragnarico, Witerico, Musa ibn Nusayr, Sinderedo, Ademar, Roderico, Oppas, Tariq ibn, Ziyab, Argimiro, Hermigio, Yssuf ibn Tabbit o Elvia. No sabemos exactamente quienes son ni de qué pie cojean pero poco a poco se van situando, como en un tablero de ajedrez y comienzan a moverse. A veces te levantarías del sillón y aplaudirías, otras los cogerías del pescuezo como a un pollo a punto de ser sacrificado, pero no dejas de leer ansiosa por saber cuales serán sus siguientes pasos, hacia dónde se dirigirán, si seguirán sembrando el terror y el mal a su paso o alguien les dará su sangriento y doloroso merecido.

 La ambientación nos lleva de un lado a otro, tanto de la Península como de allende los mares, pasando por la antigua Roma. Si hay nidos de vívoras, sapos y culebras entre los visigodos y los musulmanes por asentar las posaderas en diferentes tronos, no es menos anecdótico querer tener el poder sobre toda la cristiandad a costa de lo que sea y de quien sea. La profundidad de los embustes, traiciones y complots dejan al lector asqueado en ocasiones porque desde siempre, desde el principio de los tiempos, está claro que todo vale, no es algo nuevo en la condición humana.

 Las descripciones ricas y variadas nos relatan como son las penurias que viven los protagonistas en su periplo por encontrar un lugar en el nuevo mundo que se está formando a pasos agigantados, como es la forma de vida de la época sin escatimar en detalles y prestando atención a los diferentes lugares en los que se emplaza la acción, como terminan las guerras y llegan los victoriosos y vencidos, conceptos tan diferentes de la ansiada paz: las ansias de conquista, de matar, de terminar con todo rastro de lo antiguo de unos y el terror y la desesperanza de los otros.

 Mención aparte merecen las numerosas contiendas que se dan lugar en el libro. Una batalla bien narrada, bien contada, bien detallada es capaz de situar al lector justo en el medio de esta y hacerlo sentir partícipe de la locura que se desata, el miedo que atenaza, el embotamiento de los sentidos, los gritos y las muestras de fuerza antes del ataque, en un intento de desmoralizar al enemigo y la pena por ver a los compañeros caídos, la huída en un intento desesperado por salvar la vida, el sacrificio, la traición o la venganza. No falta un solo detalle, no se queda nada en el tintero, no se han escatimado esfuerzos porque estés ahí, casi respirando el mismo aire que los contendientes.

 Creo que me quedo corta, muy corta con todo lo dicho del libro. Cuando una historia tiene tanta complejidad, tanto trabajo de documentación y te ha enamorado y atado a sus páginas, cualquier cosa que se diga sobre ella parece no hacerle justicia y creo que es mi caso, estaría aquí durante horas escribiendo y no terminaría de decirlo todo 

 

  ¿Recomendado? Si, sin ninguna duda. Muchas gracias al escritor y a las compañeras Yincaneras por haberme acompañado durante esta gran lectura. Compra el libro AQUI.

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 "Un amigo leal vale diez mil amigos." - Eurípides.