Opinión: Este es uno de esos libros que lo comienzas a leer pensando que va a tratar de un determinado tema, en este caso de una investigación criminal, y cuando lo terminas estás tan en estado de shock por lo que has leido que lo de menos es la trama del libro. Lo más sorprendente del libro son los oscuros secretos y los traumas ocultos que se van descubriendo a lo largo de las páginas donde nadie es como parece.
Una de las primeras cosas que da escalofríos del libro es precisamente su título: la mordaza de la chismosa, una especie de jaula que se ponía en la Inglaterra de la Edad Media para acallar a las mujeres que hablaban mucho o contradecían la santa voluntad del esposo. Dicha mordaza llevaba, además, una sujeción para la lengua así que debía ser un auténtico tormento llevarla. Avanzas en la lectura y te encuentras con que la susodicha, aparte de ser una reliquia familiar, era utilizada de vez en cuando para lo que su espeluznante nombre indica: amordazar.
Entre los personajes del libro, destacaría a la señora difunta, una arpía, mala doble, que no se llevaba bien ni con su sombra, escritora de diarios cuyo contenido se deja ver en algunas páginas del libro, a su nieta Ruth, que al principio cae como una patada pero luego descubres que la pobre es digna de lástima y compasión y al pintor Blakeney, al principio un manipulador pero luego no tanto...
Una novela oscura con una trama fuerte y bien tejida, llena de detalles sorprendentes y horribles, sin duda no dejará indiferente.
"El recuerdo que deja un libro es más importante que el libro mismo" G.A. Becquer
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